Superficies antibacterianas, una solución contra las bacterias

Hoy en día, hemos visto como cada vez los microbios y virus se hacen cada vez más resistentes contra los medicamentos. El principal método que tienen los médicos para combatir a los virus y microbios son los antibióticos. Sin embargo, estos parecen estar desarrollando una resistencia natural a estos, lo cual ocasiona que podamos estar frente a un gran problema.

En la actualidad, alrededor de 700.000 personas mueren cada año de enfermedades que se han vuelto resistentes a los medicamentos. En la última década, la lista de medicamentos que podemos utilizar contra las bacterias dañinas ha ido disminuyendo. Al mismo tiempo, otros organismos causantes de enfermedades -hongos, virus y parásitos- también están desarrollando resistencia a los fármacos que utilizamos para combatirlos casi con la misma rapidez con la que podemos fabricar otros nuevos. Esto significa que las enfermedades que causan son cada vez más difíciles de tratar.

Él es uno de los que buscan nuevas formas de hacer frente a la resistencia a los antimicrobianos. Su plan es convertir las mismas superficies que muchos de estos patógenos utilizan para propagarse de persona a persona en armas contra ellos.

Las superficies que tocamos en nuestro día a día pueden ser una fuente de transmisión de enfermedades. De hecho, el virus que causa el Covid-19 puede sobrevivir en superficies como el cartón hasta 24 horas, mientras que en el plástico y el acero inoxidable puede permanecer activo hasta tres días.

Algunas bacterias, como por ejemplo el E. Coli y MRSA, pueden llegar sobrevivir durante varios meses en superficies inanimadas. Esto es algo que nos deja claro la importancia que tiene el desinfectar las superficies con frecuencia. Aunque hay otra opción, y esta es la de recurrir a superficies antibacterianas.

Las superficies antibacterianas

Con sólo cambiar la textura de las superficies que utilizamos, o recubrirlas con sustancias que maten más rápidamente las bacterias y los virus, algunos científicos esperan que sea posible derrotar a los organismos infecciosos antes de que entren en nuestro cuerpo.

Los iones de las aleaciones de cobre son antivirales y antibacterianos, capaces de matar más del 99,9% de las bacterias en dos horas. El cobre es incluso más eficaz que la plata, que requiere humedad para activar sus propiedades antimicrobianas. El cobre es la mejor superficie que se puede utilizar porque ha sido utilizado por la humanidad durante tres milenios.

Sin embargo, el cobre no se utiliza mucho hoy en día en los centros médicos. Es caro y más difícil de limpiar sin causar corrosión, y a mucha gente le desagradan estos materiales. No todo el mundo quiere sentarse en un asiento de inodoro metálico, por ejemplo. Por eso, con el tiempo, el cobre ha sido sustituido por el acero inoxidable y luego por el plástico, que tiene la ventaja de ser ligero y barato, por lo que se puede utilizar una sola vez y desecharlo, lo que significa que no hay que volver a esterilizarlo.

Recubrimientos fotocatalíticos, una alternativa bastante interesante

Es necesario que contemos con nuevos materiales que sean capaces de eliminar estos virus y bacterias. El objetivo es que las propias superficies sean capaces de inhibir o reducir la capacidad de crecimiento de estos microorganismos. Estos pueden ser aplicados en muchas áreas, aunque principalmente en el ámbito hospitalario, escolar y alimentación.

Algunos elementos que ya han sido probados, como los óxidos semiconductores fotoactivos como YIO2 y ZnO han acumulado un gran interés por parte de las personas. Esto se debe a que estos tienen una gran capacidad para desactivar una gran variedad de microorganismos que pueden llegar a ser peligrosos para nuestra salud.

Estos materiales fotocatalíticos son capaces de promover procesos químicos en la superficie. Esto ocurre generalmente cuando es expuesto a la luz ultravioleta, cuando este óxido se ilumina, es posible excitar y generar una reacción química en la superficie generando radicales con una gran capacidad oxidante. Esto le confiere a estos una gran capacidad bactericida a esta superficie lo que elimina la mayoría de microorganismos.

Esta es una tecnología bastante prometedora que aun se encuentra en investigación y pruebas, sin embargo, está claro de puede ser una gran alternativa. Conseguir que las superficies puedan tener una capacidad antibacteriana ayudaría a reducir en gran medida las enfermedades que se transmiten por esta vía.

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