Encuentra la fe en ti que puede liberarte de malas vibras con la ayuda de un experto

La magia en sus acciones combina los elementos materiales y visibles con los elementos espirituales ocultos y, por lo tanto, requiere una fe fuerte e inquebrantable.

La fe es, por tanto, el cuarto elemento que compone el secreto de la eficacia de las acciones. Sin embargo, la fe que tengo en mí también proviene de muchos años de experiencia en los que tuve la oportunidad de convencerme de la efectividad de mis acciones.

Poder de la fe para ayudarte en tus problemas

Se trata, por tanto, de una fe basada en la propia experiencia, que al mismo tiempo da el poder de seguir realizando tratamientos mágicos, incluso en el caso de los retos más difíciles. Con Alicia Collado y sus opiniones la seguridad de lo que buscas está garantizada.

Los cuatro elementos anteriores de la magia se referían solo a la persona que realiza los rituales mágicos, que también es una especie de guía espiritual para los no iniciados. Sin embargo, el quinto elemento afecta fuertemente a las personas que acuden a mí en busca de ayuda.

Este elemento es el deseo de que una determinada acción mágica produzca el efecto deseado

Una persona que desee utilizar la ayuda de la magia debe tener un deseo sincero de que el hechizo utilizado, independientemente del tipo, tenga el efecto deseado.

Al igual que los médicos enfatizan la importancia de una actitud positiva del paciente durante la terapia, también hablo abiertamente que la magia no es para personas que siempre son escépticas y tienen una actitud negativa ante cualquier ayuda.

Un sincero deseo de el hechizo trabajado completa el conjunto, gracias al cual es posible superar cualquier obstáculo.

Poder del cuerpo y alma en uno solo

El cuerpo mental humano permite el pensamiento racional y la formación de opiniones y puntos de vista. Contiene sabiduría humana y la información que tenemos. Especialmente se desarrolla con científicos talentosos.

El tercer tipo de cuerpo es el cuerpo causal. Su tarea es conectar el alma y la naturaleza mundana. Gracias a ella sentimos empatía y, por otro lado, podemos anticiparnos a muchas cosas. Se desarrolla en los clarividentes como un halo visible para los iniciados. No se puede confundir con el aura humana.

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